Si algo hay que destacar de las recientes elecciones es la notable elección de Franco Parisi llegando a casi un 20% de los votos. Él es un candidato que se sale de los moldes políticos tradicionales y que el sistema político no logra definir. Más perplejos quedan los comentaristas al ver que Parisi vive en Estado Unidos, que aparece cuando hay elecciones y no forma parte de la política cotidiana. Ha sido cuestionado judicialmente por no pagar la pensión de sus hijos. Por otra parte, el Partido de la Gente es un instrumento político que Parisi dirige a su antojo.
Obviamente sus antecedentes no logran explicar su gran votación. ¿Entonces, cuál fue su secreto? Esta claro que no fue la demanda de mayor seguridad o represión porque para eso están las propuestas de los pinochetistas Kast, Kaiser y Mattei. Por el contrario, su 20% se explica porque levantó demandas concretas para la población como es sacar el IVA a los medicamentos, dar créditos para vivienda, sacar retiros de las AFP, etc. Fue su programa concreto para resolver viejas necesidades lo que lo llevo a un privilegiado lugar electoral. Y este factor es lo más importante porque, independientemente que Parisi pueda resolver lo que propone llegado el caso, lo cierto es que la gente espera soluciones que el pueblo manifestó masivamente en el estallido social.
En cambio, el gobierno y todas las representaciones políticas que van desde Republicanos hasta el FA y el PC, quién más quién menos, elevaron la lucha contra la delincuencia y la inmigración como su demanda central. Crearon de esta manera una necesidad artificial comandada cotidianamente por lo medios de comunicación y financiada generosamente por el gran empresariado y sintonizando muy a gusto con el marco represivo mundial llevado a cabo por Trump.
Obviamente Parisi es un demagogo que no podrá resolver ninguno de los problemas que menciona, pero vale como síntoma porque demuestra que el pueblo sigue buscando soluciones reales a sus necesidades manifestadas masivamente en octubre del 2019 gesta que, el gobierno, la derecha, el empresariado y el imperialismo quieren borrar de la memoria, pero no lo lograrán porque la lucha seguirá.
Hay que prepararse para lo que viene. Si Kast gana la presidencia no significará que el suyo será un gobierno fuerte. Por el contrario, será débil porque tendrá que enfrentarse a las expectativas de un pueblo que busca soluciones. Los conflictos aumentarán y en esa lucha los socialistas revolucionarios estaremos en primer lugar para lograr que los trabajadores y el pueblo tengan una verdadera dirección revolucionaria que los represente.
